MUSICA

martes, 26 de mayo de 2009

Manifiesto por la Solidaridad: por algo estamos...


Para Cornelivs y TODA la legión del Manifiesto

Después de varias semanas, en las que no he ido a visitarlos, ni respondido los mensajes que tan amablemente me han dejado, ni siquiera escribir mis acostumbrados ladrillos (leyendas incluídas), regreso al mundo bloguero y, lo primero que hago, es visitar un espacio que surgió a raíz de la maravillosa experiencia vivida por muchos de nosotros, el 30 de enero de este año, con el firme propósito de darle seguimiento y difusión al espíritu que llevó, al Padre del Manifiesto (Don Pablo J. Gámez Rodríguez), a concebir el texto, compartir la idea e iniciar un plan de acción en el que participamos personas con diferentes bagajes culturales y creencias particulares. Este plan de acción, entre personalidades tan diversas, tenía un aglutinante poderoso: una causa buena y justa y un deseo sincero por hacer algo, desde nuestras pequeñas o grandes trincheras, por habitar en un mundo mejor que el que, en estos momentos, vivimos. Y más que eso, el posibilitar que quienes menos tienen y más nos necesitan, puedan ser nuestros vecinos y disfrutarlo, en igualdad de condiciones.

Recientemente, sin embargo, un malentendido provocó una serie de situaciones que, aunque humanas, ponen en peligro precisamente el espíritu del Manifiesto y, lo que es también importante, ha provocado heridas entre personas buenas y generosas. Y digo mal entendido porque yo soy de las que piensa que, en ninguna de las partes, existe mala fe, dobles intenciones ni afanes protagónicos.

No es mi intención, con esta entrada, desatar más polémica. Comparto la idea de que en cierta decisión, no debió mezclarse un organización...pero no voy a valorar las creencias particulares de las personas involucradas. Me voy a limitar a compartir con ustedes el porqué participé en esta experiencia y, también, el porqué voy A SEGUIR COLABORANDO CON ELLA...así, desde este humilde blog , con mi voz que, aunque pequeña, es perseverante y solidaria para las causas justas y buenas.

No soy persona de seguir "caudillos". Tampoco me afilio a cualquier clase de "lucha social", por más reivindicativa que pueda parecer. Por experiencia sé que, todas las personas, tendemos a ver el mundo desde nuestra experiencia particular o situación vital. Afortunadamente mi familia nunca estuvo en una situación tal en la que tuviera que elegir entre ir a la escuela o comer. Tampoco se ha visto "forzada" a decidir si tomar vacaciones en Francia o en Houston....pertenezco a una familia que, trabajando, tiene ciertas comodidades y, porqué no decirlo, hasta algunos lujos (y estudiar la Universidad, sin tener que trabajar, es un lujo muy grande en países como el mío), y si pude viajar al extranjero fue por que tuve la oportunidad de acceder a una beca...de otra manera no lo hubiera hecho nunca.

Es decir, que soy una persona del promedio, que se interesa en muchas cosas, eso sí, pero del promedio. Y por esta razón, en algunas ocasiones, me he visto excluída de ciertos ambientes, causas, movimientos: a veces parezco demasiado "fresa" (pija); en otros, he parecido "roja" o "progre"; otras he sido llamada fanfarrona y muchas ignorante. Por no hablar de no poder estudiar en cierta escuela, porque mi madre era divorciada, o convertirme en el centro de labor misionera, cuando se enteran de que soy atea, o de atención psicológica porque, por cojones (perdón), debo estar deprimida por mi fibro.

Porque la causa era justa y buena, y especialmente porque el Manifiesto hacía un llamado a personas, como yo y como el Juan Pueblo de todas las naciones...decidí participar. No se me preguntó de dónde venía, en que creía, cuál opción política era de mi preferencia. Había sí, un límite claro: el de participar como persona, como habitante del planeta Tierra , en una empresa más grande que cada uno de nosotros. Los límites fueron expresados en el Manifiesto, pero también en las palabras de Gandhi y en la música de Lenon.

Pero hay otra razón que, aunque particular, no deja de ser importante: la situación en la que viven muchos de mis compatriotas, en un país rico, millonario en recursos naturales y humanos y en el que, por mucho tiempo, se ha tenido que sufrir a causa de la avaricia y la corrupción interna y externa. Un país en el que, cuando la gente levanta su voz , es inmediatamente acallada con adjetivos de "provocador", "comunista" "ateo", "apátrida", "fanática", "ególatra"...venga de donde venga o tenga las creencias particulares que tenga.
En mi país, del cual estoy orgullosa porque sé lo mucho que tiene para ofrecer, es muy fácil que, una buena causa, se vea secuestrada por organizaciones de diversa índole porque les suena bien, porque les puede ser útil como propaganda, a pesar de que muchas personas dentro de esas asociaciones tengan buena fe y sean incapaces de utilizar para el bien personal, lo que es o debiera ser colectivo.

Yo sé que el hambre no es una situación de un solo país, o de un solo continente. También sé que la generosidad no es patrimonio de una cierta clase de sociedad. Pero pasa que, como en la caricatura de Quino, cuando veo las imágenes de pobreza en África (y que para muchos son el sinónimo de miseria y hambruna), no puedo dejar de pensar en los millones de niños, mujeres y ancianos que, en cada pueblo y ciudad de mi patria, se encuentran en la misma situación: de abandono, de indiferencia, de miseria y, si acaso, de una ayuda asistencial que no basta para garantizarles una vida mejor. Podrá llenarles el estómago un día, un mes, un año...de acuerdo a la persona u organización que esté prestando el apoyo. Y ése es el punto: las organizaciones, aún las más antiguas y desinteresadas, suelen tener un período de vida. La ciudadanía, como colectivo, no....

El Manifiesto fue traducido en muchos idiomas, y representa a personas con diferentes creencias. Y en este sentido, es necesario, indispensable, no pegarle etiquetas de ninguna clase: si ahora pegamos, por ejemplo, la católica, vendrán los musulmanes que participen a exigir se pegue la suya o se retire la otra; después vendrán los budistas, los protestantes, los que somos ateos...y así hasta el infinito. O si, por ejemplo, le pegamos la de un equipo de futból, vendrá los aficionados de otros equipos a querer pegar la suya. Sé que es un ejemplo burdo, casi ridículo, pero para mí la belleza del Manifiesto radica, además de la causa, en la ausencia de etiquetas o mejor dicho, que sólo tiene una única etiqueta: la de la humanidad en su conjunto.

No se trata de excluir a las personas, especialmente en un texto o movimiento que se erige contra la peor de las exclusiones. Se trata de poner los límites necesarios para que todas las voces puedan ser representadas con equidad y con respeto. Se trata de participar como seres humanos, como individuos...oportunidad que, por otra parte, se da muy pocas veces en la vida. En mi país, también, gana un partido político, y gobierna para quien les votó, no para todos. Y los que no ganan hacen hasta lo imposible por echar tierra a cualquier proyecto de sus antagonistas), aún los más buenos, en lugar de trabajar por hacerlo funcionar, abandonando camisetas (que esas son artificiales)... y por eso estamos como estamos.

Durante 17 años (pocos, si tomo en cuenta la carrera de otros compañeros maestros) trabajé en educación especial, en una zona considerada de las más pobres y conflictivas de mi ciudad. Durante todo este tiempo, además de observar un aumento en las discapacidades entre la población, producto de las situaciones de miseria, pude darme cuenta que, a quien tiene hambre, no le importa de dónde o quién le provea el plato de sopa del día. Y así, prácticamente, iban peregrinando de institución en institución, de organización asistencial a otra; de partido político en partido político. Porque así funcionan las organizaciones, de manera asistencial. De ahí su período corto de vida y su alcance limitado (aunque los números parezcan decir lo contrario). No se trata de quitarle mérito a esa labor, porque además en muchos casos es urgente que se haga, por razones de supervivencia. Pero según yo lo entiendo, el objetivo del Manifiesto no es asistencial, sino el de exigirle, a quienes tienen la obligación de hacerlo, que garanticen las condiciones mediante las cuales, la asistencia o la limosna no sea necesaria; donde los que menos tienen puedan estar en posibilidad de alcanzar lo mejor de nuestra civilización (el arte, la educación, la ciencia), y no sólo un plato de sopa, cocinada en una cubeta de aluminio, y distribuída en platos plásticos.

Alguien lo dijo ya, pero no es casualidad que, en mi Ciudad, las muertes por influenza ocurrieron en personas cuyo estado de salud no era el adecuado...por hambre, por no contar con servicio médico. Personas, además, jóvenes, muchas de ellas mujeres (y amas de casa)...una vergüenza. Pero es una vergüenza que se nos repite a diario, en todo el planeta, entre los niños y personas sin hogar; entre los que sobreviven con menos del salario mínimo; entre los que tienen que desplazarse de su lugar de origen, bien por guerras, plagas o porque el consumismo ha agotado los recursos con los que antes podían autosostenerse. ELLOS son la razón del Manifiesto, ellos necesitan de nosotros. Cualquier ser humano, que se precie de serlo, debe sentirse hermano del otro; ser la voz del otro, conservando su identidad pero pensando en la del otro... el trabajo es colectivo, por encima de las diferencias.

Y es difícil, lo sé, mirar al otro por encima de sus diferencias con uno. Pero más difícil es mirarse uno mismo, abandonar por un momento sus creencias particulares, las más arraigadas y queridas, para trabajar en equipo sin perder su individualidad, pero pensando , al mismo tiempo, en los deseos y sentires del otro (o de los otros, porque en este caso somos muchos). Aún más difícil, abandonar lo que creemos que puede funcionar, en nuestra experiencia particular, para seguir el camino trazado por otros...a veces dejar las riendas al iniciador de un movimiento no significa, necesariamente, carecer de opinión, de personalidad. En algunas ocasiones es preciso hacerlo, especialmente si el otro originó la idea y ha pedido y respetado las aportaciones que cada uno de nosotros hemos llegado a proponerle.

La diversidad causa conflictos, y estos son oportunidades para mejorar; para replantearse y para consensuar; para poner límites a lo que queremos hacer, en aras de una sana convivencia. A los que menos tienen, por otra parte, tampoco podemos colgarles etiquetas ni definirlos por sus carencias. Son personas que, teniendo las condiciones, también pueden crear y decidir qué es lo mejor para ellos...podrá coincidir con lo que nosotros pensamos, podrá no hacerlo, incluso pueden superar nuestras expectativas que, en definitiva, sería lo ideal. Por algo estuvimos el 30 de enero...POR ALGO ESTAMOS HASTA HOY.

Mi corazón está con Cornelivs (con él, además, mi reconocimiento como padre de este esfuerzo colectivo), y los Pedros, Selma, el Ente, Jan Puerta, Juan Carlos y tantos otros...pero también está con Rosa, José María, Amelche, y todos y cada uno de quienes publicaron el Manifiesto en su día y participan o han participado en el blog de referencia

Los necesitamos a todos, en su rica diversidad, con sus talentos y experiencia...con todo aquello que los haya hecho ser las magníficas personas que son.

Lo que el Manifiesto no necesita, son etiquetas. Necesita personas capaces de aportar y de asumir las propuestas, necesidades y opiniones de los otros (sean explícitas o implícitas).

Y necesita que más gente se nos una, que seguro habrá personas que, como muchos de nosotros, consideramos que es una causa justa y buena...y que se sentirá atraída, también, por la ausencia de discursos políticos o ideológicos. Así que si aún no te has unido a este esfuerzo, te invito a que conozcas el Manifiesto y el blog del mismo...hay espacio para todos.

Perdonen si el discurso de mi ladrillo parece ingenuo...sólo es la opinión de una habitante de este planeta Tierra, que es de todos y para todos, y que está necesitando urgentemente de nosotros.

A quienes han comentado en los últimos días, una disculpa por mi ausencia y silencio. Pero saben que les quiero mucho.


Las imágenes (muchas de ellas, sobre la situación mexicana) se han tomado de las siguientes páginas:

www.ciepac.org
www.rel-vita.org
fen-org.blogspot.com
www.jornada.unam.mx
www.voy.com
www.correo-gto.vom.mx
nómada65.blogspot.com
www.uhu.es
www.solidarizarte.com

lunes, 18 de mayo de 2009

BOTELLA AL MAR

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles


Y pasa que hoy he recordado un par de canciones: la primera la encontré en la infancia. La segunda me sorprendió adolescente.

Y pasa que hoy me fui directamente al armario a buscar un libro, que hacía un tiempo no abría. Encontré una dedicatoria de quien, según decía, le gustaba escuchar mi risa en los pasillos de la Universidad y que, cuando le saludaba con un "Buen día", le parecía que el mundo paraba. Alguien a quien sólo le dediqué eso: un par de sonrisas y muchos "Buenos Días".

De ahí , al tiempo en el que, sentados en las "islas" de Ciudad Universitaria o en el "aeropuerto" de la Facultad de Filosofía, los amigos hacíamos planes -mientras leíamos posesía- para la siguiente protesta, el siguiente manifiesto, el siguiente día.
Pasé de ese momento al primer mensaje amoroso, es decir, a un verdadero mensaje amoroso que escribí iniciándolo con una cita porque a mí, en esa ocasión, sólo me dedicaron muchas sonrisas y unos pocos "Buenos días".


Saqué mi caja de recuerdos, esos que crujen al pasar la punta de los dedos: flotó la invitación a una lectura y una fotografía: entre un marea humana ansiosa, la cabeza ansiada (distante, pero no pequeña) de alguien que leía suavemente para mí y que no me conocía...un poeta leyendo para cientos de maestros.

Volví al libro, dedicatoria fechada el 28 de mayo de 1985. Es decir, en pocos días cumplirá 24 años de traerme piedritas, socorros, alertas y caracoles.

Resumiendo, este espacio esta triste...pero no de luto.

Hasta siempre y muchas gracias poeta

lunes, 11 de mayo de 2009

Los coras y el Yaushu (el único marsupial americano)

Asentado en la Sierra del Nayar (sistema montañoso de la Sierra Madre Occidental, del estado de Nayarit), y distribuído en cinco centros principales, habita uno de esos pueblos indígenas mágicos: los Cora, o nayeri, como ellos mismos se denominan.

Al igual que los huicholes, con quienes han compartido territorio y una relación pacífica durante siglos, los nayeri fueron uno de los últimos grupos que lograron ser sometidos, con mucha dificultad, por los colonizadores españoles hasta 1722.
Los jesuítas, primero, y después los franciscanos, trataron de imponer la religión católica, lográndolo solo parcialmente pues, al igual que sus vecinos huicholes, su religión presenta un sincretismo en el que sobreviven sus creencias tradicionales y, las de occidente, se fueron adhiriendo y adaptando.

Los coras mantienen la idea
de que todo su territorio es sagrado. Por esta razón el respeto y la conservación son los pilares de la estrecha relación que mantienen con la naturaleza. Los mitos de esta cultura, como la de tantas otras, se refieren precisamente a fenómenos naturales: cómo se creó el mundo, o cómo se obtuvieron el maíz, el tabaco, la lluvia o el fuego...

Yaushu es el personaje del mito que van a leer en esta entrada . De hecho, el Yaushu es un héroe de toda la mitología indígena antigua: existe una representación de él, la más antigua, encontrada en Tlapacoya y que data del año 1000 a.c.; en los códices antiguos de mesoamérica se vincula con el juego de pelota, ceremonias de año nuevo, cruce de caminos, a la luna y al pulque (existe otro mito que dice que el Yaushu fue el encargado de trazar los ríos, lo cual hizo intentando que siguieran una línea recta...pero como estaba embriagado por el pulque pues, le salieron "algo" torcidos). En la tumba 7 de Monte Albán , entre las joyas de oro encontradas, había una imagen del Yaushu y, en los textos del Popol Vuh y los del Chilam Balam de Tizimín aparece como el señor del crepúsculo o como la representación de los dioses que sostienen el cielo.

Claro que, de acuerdo a la cultura de la que se trate, este personaje recibe nombres diferentes. "Yaushu" le dicen los coras, "tlacuatzin" (glotón) era su nombre en náhuatl. Actualmente, nosotros le llamamos "tlacuache" y gracias a que viajó de polizón, escondido en las bodegas de los barcos durante la Colonia, es que en España es conocido, con el nombre de "zarigüeya".
Y es un animalito realmente interesante...

DE ORIGEN MEXICANO: EL ÚNICO MARSUPIAL AMERICANO

Omnívoro, y de hábitos nocturnos, el tlacuache bien puede ser considerado un fósil viviente, debido a que no ha sufrido variaciones desde que apareció sobre la tierra, hace ya sesenta millones de años. Se conocen cuaro especies de tlacuache, una de las cuales es acuática: su cola no es prensil y las garras están adaptadas, mediante membranas, para nadar en los riachuelos que habita. Pueden ser tan pequeños como un ratón, o alcanzar el tamaño de un pequeño gato.
Los tlacuaches han logrado sobrevivir a la invasión humana, preservando su especie, gracias a su alimentación y a un curioso sistema de defensa, que les permite engañar a sus depredadores. Cuando se encuentra en peligro finge estar muerto: los ojos vidriosos , la lengua colgante y total inmovilidad confunden a sus atacantes, quienes pueden soltarlos un momento, que aprovecha el animalito para escapar.


Los especialistas dicen que esta respuesta no es voluntaria, sino que constituye un acto reflejo. Si a eso le sumamos que pueden despedir un fétido aroma (como de un millón de ajos), su defensa resulta altamente efectiva. Aunque, si sienten que sus crías están en peligro, se plantan y luchan encarnecidamente para defenderlas.

De las cuatro variedades de tlacuache, sólo una está en peligro de extinción. Sin embargo, se encuantran protegidas por las leyes . Amén de quienes los consideran un verdadero peligro (bien por confundirlos con ratones, o porque representen un riesgo para las pequeñas granjas avícolas) su consumo está ligado a ciertas crencias:

Su carne y aceite se emplean para curar la artritis, enfermedades estomacales y según las consejas populares sirve, también, para purificar la sangre. Y como poseen una capa de pelo, corto y suave, y otra de pelo largo y duro, son codiciadas por los peleteros para elaborar imitaciones de la pieles de nutria y castor
Si a todo esto le sumamos el hecho de que, algunas personas, se sienten a la moda trayendo una mascota "exótica", aunque esto signifique separar a la madre de sus crías, para meterlos en jaulas y exhibirlos...el panorama puede convertirse en uno muy negro para estos animalitos que, alguna vez en la historia de México, fueron elevados al rango de divinidades.


En la actualidad, al tlacuache se le atribuye ser pendenciero, ladrón y borracho. Aunque esto último quizá se deba a que, glotón, le atrae especialmente el dulce aguamiel de los magueyes, que busca en aquellas pencas que los jimadores dejan secar al sol, para que se fermenten. En Oaxaca, por ejemplo, creen que son ellos los que saben cuando el proceso está en su punto, pues les han visto aparecer y deleitarse con la mezcla

Lo cierto es que este animalito, alguna vez en la historia de México, fue considerado un benefactor de los humanos. En algunos cuentos populares, el tlacuache y el jaguar son el equivalente de la pareja del coyote y el conejo: el tlacuache, débil, pero astuto), logra escapar de la fuerza del poderoso y cruel jaguar, burlándose de él.
Y ha sido tanta la historia del tlacuache, con las diferentes culturas prehispánicas que, actualmente, todavía podemos encontrar su imagen, colgadas en los muros de las casas en comunidades pequeñasa lo largo del país.
La leyenda de esta entrada es, quizá, una de las más conocidas y, en ella, se explica el por qué la cola del tlacuache no tiene pelo. Esta versión fue recogida por Fernando Benítez (ensayista y novelista mexicano), del informante cora Aurelio Kánare. Publicada en el Tomo II de "Los indios de México" (Editorial Era), esta narración también se encuentra en una recopilación de diferentes mitos hispanoamericanos, titulada "Cómo surgieron los seres y las cosas", bajo el auspicio del Ministerio de Educación Nacional de Colombia y del Centro regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.

Espero que lo disfruten

LEYENDA CORA (NAYARIT):
DE CÓMO EL TLACUACHE SE ROBÓ EL FUEGO
Hace muchos años no se conocía el fuego. Los hombres comían las raíces crudas, las semillas de chía crudas, la carne de los animales cruda. Todo debían comerlo crudo.
Los ancianos, los Principales, los que llamamos en nuestra lengua Tabaosimoa, se reunían y discutían entre ellos sobre la forma de tener algo que les diera calor y cociera sus alimentos. Discutían día y noche. Ayunaban, no tocaban a sus mujeres. Veían un fuego que salía por el oriente, pasaba por encima de sus cabezas, se metía en el mar, y ellos no podían alcanzarlo...
Cansados los Principales, reunieron a todos los hombres y a todos los animales.
Hermanos -les dijeron-, ¿alguno de ustedes puede traernos el fuego que a diario pasa sobre nuestras cabezas?

—Se nos ocurre que cinco de nosotros vayamos al oriente, adonde aparece el Sol y le robemos uno de sus rayos, una brizna de ese fuego que nos calienta -propuso un hombre.
—Nos parece bien -contestaron los Principales-. Vayan cinco hombres y nosotros nos quedaremos aquí ayunando y rezando. Tal vez logren arrebatarle al Sol uno de sus rayos y tengamos al fin lo que tanta falta nos hace.
Salieron cinco hombres y llegaron al cerro donde nacía el fuego. Esperaron a que amaneciera. Entonces se dieron cuenta que el Sol nacía en otro segundo cerro lejano y siguieron su camino. Llegados a ese segundo cerro, vieron que el Sol aparecía en un tercero mucho más lejano y así lo persiguieron hasta un quinto cerro donde se les acabó el ánimo y regresaron tristes y cansados.
—Ah, Principales, hemos corrido de cerro en cerro persiguiendo al Sol y sabemos que nunca lo alcanzaremos. Por eso estamos tristes aquí de vuelta. Tristes y derrotados.
—Bueno, ustedes han cumplido. Descansen. Nosotros seguiremos pensando en la forma de alcanzarlo. Les rogamos de todo corazón que nos ayuden con sus oraciones, con sus consejos.
Entonces salió Yaushu, el sabio Tlacuache, y dijo:
—Oigan ustedes, mis Principales: “Una vez hice un viaje al oriente y vi una luz muy lejana. Entonces me pregunté: ¿Qué es lo que brilla ahí, hasta donde alcanza mi vista? Yo debo saberlo. Me puse en camino día y noche. No dormía y apenas comía; no me importaba el sueño ni el cansancio. Al anochecer del quinto día vi que en la boca de una gran cueva ardía una rueda de leños, levantando llamas muy altas y torbellinos de chispas. Sentado en un banco, estaba un viejo mirando la rueda. Era un viejo alto, estaba desnudo, cubierto con su taparrabo de piel de tigre; tenía los cabellos parados y le brillaban espantosamente los ojos. De tarde en tarde se levantaba de su banco y echaba ramas y troncos a la rueda de lumbre. Me escondí asustado detrás de un árbol, sin atreverme a llegar. Luego me fui poco a poco. Mientras más me apartaba de la rueda, el calor disminuía. Es algo caliente -me dije-, algo terrible y peligroso”. Eso fue lo que yo vi en el oriente, señores, padres míos.
—Y tú Yaushu, ¿quisieras volver a la cueva y traernos una brizna de esa luminaria?
—Yo me comprometo a volver si ustedes, Principales, y ustedes, mis hermanos, ayunan cinco días y le piden ayuda a los dioses con ofrendas de pinole y de algodones.
—Lo haremos según tus palabras, pero debes saber, Yaushu, que si nos engañas te mataremos.
Yaushu, sonreía sin hablar. Los Principales ayunaron cinco días. Cinco días pidieron a los dioses concediera a Yaushu lo que anhelaban desde hacía larguísimos años. Cumplido el ayuno, le entregaron pinole de chía en cinco bolsas.
—Vengo pronto. De acuerdo con mi voluntad, en cinco días estaré de regreso. Espérenme pasada la media noche. Dejen a un lado el sueño y estén despiertos. Tal vez pueda morir. Si es así, no se lamenten, no piensen en mí.
Dicho esto Yaushu se fue cargando su pinole. A los cinco días encontró al Viejo sentado en el banco, contemplando el fuego.

—Buenas noches, Abuelo- saludó Yaushu.
El viejo no contestó una palabra.
—Buenas noches, Abuelo-repitió Yaushu.
—¿Qué andas haciendo a estas horas? -le preguntó el Dueño del Fuego.
—Los ancianos, mis Principales que están abajo, me pidieron que les llevara agua sagrada.
—¿Por qué no viniste más temprano? Son horas inoportunas.
—Soy el correo de los Tabaosimoa. Estoy muy cansado y sólo te pido que me des permiso de dormir un poco aquí contigo. Mañana al amanecer seguiré mi camino.
Después de rogarle mucho con su vocecita delgada y su poder de dominio, el Viejo le permitió quedarse fuera de la cueva:
—Puedes pasar aquí la noche a condición de no tocar ninguna cosa.
Yaushu se sentó cerca del fuego, mezcló el p i n o l e con el agua de su bule y lo vació en dos platitos ofreciéndole uno al Viejo :
—Si tienes hambre yo te convido de mi bastimento, aunque todavía tengo mucho que andar.
El Viejo olió el p i n o l e y su olor le llegó al corazón. Tomando el platito, vertió un poco en el centro de la hoguera. Luego metió el dedo en la mezcla, arrojó unas gotas por encima de su hombro, otras sobre la tierra y luego comió el resto. Dijo, devolviéndole a Yaushu el platito:
—Es muy rico tu bastimiento, de mucha sustancia y me ha llenado la barriga. Que Dios te pague: “She timua, tamashiten”.
Yaushu, tendió su cobija a poca distancia de la cueva. Pensaba y pensaba sobre la manera de robarse el fuego. Luego, se le oyó roncar. El Viejo tendió a su vez una piel seca de animal y descansó su cabeza en una piedra. Al rato se levantó, le hizo una reverencia a la hoguera y la avivó. Después se acostó nuevamente, la piel crujía a cada uno de sus movimientos. Poco después roncaba.
Yaushu golpeó entonces el suelo con uno de sus pies y, convencido de que el Viejo dormía, se deslizó silenciosamente, estiró su cola y tomando un carbón encendido, se alejó poco a poco. Había recorrido un largo trecho cuando sintió que se le venía encima un ventarrón. Los árboles se doblaban, rodaban las piedras. Yaushu corrió con todas sus fuerzas, pero el ventarrón lo alcanzó y el viejo se paró frente a él temblando de rabia:
—Nieto, ¿qué es lo que hiciste? Te dije que no tocaras ninguna de mis cosas y has robado a tu abuelo. Ahora todo está hecho y vas a morir.
De inmediato, lo tomó con sus manos poderosas tratando de arrancarle el tizón.
Aunque el carbón le quemaba la cola, Yaushu no lo soltó: el tizón era como una parte de su cuerpo. El Viejo lo pisoteó, le machacó los huesos, lo levantó en el aire sacudiéndolo y al final lo arrojó al mundo. Entonces, seguro de haberlo matado, el Viejo volvió a cuidar el fuego.
Yaushu rodó por la cuesta, bañado en sangre, chisporroteando como una bola de fuego. Así llegó donde estaban orando los Tabaosimoa. Más muerto que vivo, desenroscó su cola chamuscada, dejó caer el tizón, y los Principales encendieron hogueras.
El Tlacuache fue llamado el héroe Yaushu, en recuerdo de haber traído a los hombres el fuego de oriente. Todavía muestra la cola pelada y anda trabajosamente por los caminos, debido a que el Abuelo Fuego, con su terrible poder, le quebró todos los huesos.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Influencia de la influenza. Parte de guerra :lo bueno, lo malo y lo feo

Pensando en mis amigos, los que viven o tienen familia aquí, y mis paisanos en otros lugares, me permito elaborar esta entrada.
Ni especialista, ni vocera...solo una mexicana, en la capital, viviendo las medidas internas y penando por la histeria externa (En la foto, autoridades chinas revisan a pasajeros mexicanos).

PARTE DE GUERRA

En conferencia de prensa, el Secretario de Salud del Gobierno Federal nos ha informado que el brote infeccioso ha sido controlado, en razón del número de casos probados de presencia del virus y el número de personas que han sido dadas de alta; la estabilidad en el número comprobado de decesos por este tipo de influenza (y que se ha mantenido así varios días) y en la no aparición de casos en los Estados que, hasta ahora, se han mantenido libres de esta enfermedad. Hablar de cifras es difícil, porque éstas van cambiando de acuerdo a los reportes que llegan de casos "sospechosos" y del tiempo que se toma para analizarlos.

Se ha contenido el brote, pero no se descarta la posibilidad de un repunte , y por esta razón se han previsto una serie de medidas tendientes a evitar o minimizar esta situación, y volver a las actividades cotidianas de forma segura y eficaz.

En el caso concreto de la Ciudad de México, además de las medidas recomendadas por el gobierno Federal, las autoridades de la capital se han visto en la necesidad de tomar algunas otras que, aunque muchos califican de exageradas, muchos más creemos necesarias en razón de la salud y de que es precisamente aquí, donde las cifras de casos son más altas.

El regreso escalonado a las clase (con diferentes fechas para cada nivel educativo), no sin una jornada previa de limpieza en las instalaciones, realizada por padres de familia y maestros. Los restaurantes vuelven a trabajar, aunque con ciertas regulaciones respecto a horarios (en el sentido en que, vendan o no bebidas alcohólicas, su principal función es proveer las comidas del día) ; número de comensales por mesa; disposición de mobiliario; limpieza y uso de mascarillas y guantes. Bares, discotecas y cantinas ( es decir, establecimientos cuyo giro principal es la venta de alcohol y no de alimentos) permanecerán cerrados un tiempo más; Limpieza y desinfección del sistema de transporte público urbano, entre otras.

Medidas draconianas, sin duda, especialmente en ciudades tan grandes como la mía, y donde los habitantes estamos acostumbrados a vivir con prisa. Pese a todo, la gente ha cooperado, con mucha paciencia. Aún aquellos más afectados por la inactividad (meseros, por ejemplo, que viven tan solo de la propina) han tolerado y comprendido que no hay nada más valioso que la salud de todos.

Recordemos que el brote ha sido controlado, pero que aún no podemos relajar las precauciones.

¿LAS PRIMERAS LECCIONES?

Quiza sea muy pronto para hablar de lo mucho que aprenderemos, los mexicanos, de las lecciones de la influenza. Desde luego serán muchísimas porque, indudablemente, México no será el mismo de antes, como no lo fue después de los sismos del 85. Esperemos que sea mejor , más fuerte y preparado.

Yo soy de las que piensa que, una de las lecciones primeras, que estamos aprendiendo dolorosamente, es la búsqueda de información seria , de diversas fuentes y tendencias para, de ahí, sacar conclusiones con una visión de amplio espectro. En estos días, hemos sido testigos de cómo, la ignorancia, provoca terror que ha sido utilizado para vender y que ha lastimado la imagen del pueblo mexicano y, por tanto, su autoestima ( ya de por sí golpeada con otro tipo de problemas).

Otra lección que no debemos olvidar, es la de reconocer una buena idea, una buena actuación que redunda en un beneficio para la población aunque el autor y/o ejecutor sea azul, blanco, rojo, verde. Desde este blog, muchos me han visto despotricar contra el gobierno (federal y estatal); contra los partidos políticos y los altos empresarios. Seguramente, con el tiempo, alguno intentará aprovecharse de la situación. Sin embargo, por esta vez, debo reconocer concordancia, claridad y consistencia entre todos los sectores involucrados y la pertinencia de la información que, al menos dos veces al día, se transmite en cadena nacional, para que el que tenga ojos, vea y el que tenga oídos escuche y reflexione. Y creo, que de hoy en más, no podemos conformarnos con menos.

Comparto, con ustedes, una lista preliminar de lo bueno, lo malo y lo feo, que esta situación nos ha hecho experimentar.

LO BUENO

- El ejército mexicano repartiendo mascarillas... en lugar de reprimir indígenas.
-Diputados y senadores negociando y llegando a acuerdos, trabajando juntos ... en vez de ausentarse o dormirse sus curules o liarse a botellazos en las tribunas.
- Campañas políticas (porque el 5 de julio tenemos elecciones federales) sin tanta parafernalia de volantes, acusaciones, marchas y demás circo mediático. Y sin que, hasta el momento, algún partido esté tratando de aprovecharse de la situación (igual lo harán después, pero estaremos en condiciones de exigir veracidad)
-Los servicios de salud, por primera vez, al alcance de absolutamente toda la población.
- Por primera vez, en TODAS las esferas, se está contemplando la necesidad de invertir más en educación, prevención, salud e investigación científica.
- Las lecciones del 85, en cuanto a protección civil y manejo de emergencias e información, han sido probadas con éxito, hasta el momento.
- Juan Pueblo con la madurez necesaria, para no permitir que esta situación origine "caudillismo", solo por el hecho de provocarnos miedo.
-
Tener la prueba de que posible trabajar juntos, independientemente de nuestras diferencias, y no conformarnos con menos

Y algo que, como alguien que tuvo la oportunidad de experimentar, durante siete años, la vida de inmigrante en dos países completamente xenófobos, comprobar que la tradicional proteccion de la Secretaría de Relaciones Exteriores a través de sus embajadas y consulados, no es algo que se haya perdido del todo.

LO MALO

- Además de los lamentables decesos, saber que la mayoría de víctimas fatales son gente en condiciones de pobreza y, especialmente mujeres, amas de casa.
- Una Ley del Trabajo que permite, todavía, el trabajo remunerado solamente con las propinas que tengan a bien dejar los clientes (y este tipo de trabajos, son a tiempo completo, no para estudiantes, por ejemplo).
- Instalaciones de salud, educación y servicio, y planta de trabajadores, que no corresponden a la demanda que hay en ellos, lo cual hace muy difícil implementar las medidas preventivas en esta y futuras fases. por ejemplo, en algunas regiones de la capital, existen escuelas con clases de más de 50 alumnos (por maestro, mientras que en otras la proporción es de 1o a 15 estudiantes.
- Los mejores científicos, en laboratorios inadecuados o desabastecidos.
-Un sistema burocrático anquilosado que no cuenta, o no maneja, los conocimientos técnicos para establecer un sistema de comunicación computarizado, a nivel Federal.
- Y personas que, no se conforman con la cantidad de información ofrecida, ARMANDO TEORÍAS DE COMPLOT NACIONAL , de diferente grado de creatividad. Es decir, no se les da gusto con nada.

Y las que vayan apareciendo...

LO FEO

Lo feo, feísimo, en estos momentos, es darnos cuenta que una de las víctimas de esta enfermedad, son las relaciones internacionales. Y no es que sea solo feo porque le haya tocado a México ser víctima de la discriminación, y el atropello de los derechos humanos de su pueblo.
El problema es que, estas situaciones se contagian rápidamente , polarizando argumentos.

No es un secreto para nadie, pero ciertas actitudes de los gobiernos extranjeros, más que rabia dan tristeza, provocan desencanto ante la decepcionante sensación de haber sido abandonados por aquellos países que considerábamos amigos. Amén de la, con perdón, encabronante impotencia de ser fustigados por esos otros gobiernos que nos ven sólo como almacén de materias primas y mano de obra barata y quienes se han hecho ricos con ellos.
Con mucha tristeza, en estos días, he escuchado entre mi gente, hablar de represalias que atentan contra algo de lo cual me enorgullezco: la tradicional amabilidad, el sentido hospitalario y la solidaridad con pueblos que nos visitan o quienes, alguna vez, necesitaron de nosotros.

Cuando el gobierno chino había fletado un avión para repatriar a sus connacionales (sin ser nunca discriminados), después de que el gobierno mexicano tuvo que rentar uno para rescatar a los paisanos tan vilmente SECUESTRADOS, yo misma me sume a los clamores de "llévenselos a todos, a ver si caben".

Pero ahora, que el discurso se ha ampliado, en el ánimo mexicano, pidiendo expatriaciones, cancelaciones de visas de estudio y de trabajo para todos...se me ha caído la cara de vergüenza. He recordado lo mucho que uno padece, sin enfermedad ninguna, la prepotencia de los xenófobos y la desprotección de sus paisanos. Si cuando disfrutaba de una beca en Japón, y por una decisión de mi gobierno me hubiera visto obligada a regresar a México, dejando buenos amigos, oportunidades y sueños, me sentiría igualmente traicionada...por mi propio gobierno.

Sigo pensando que, algunas actitudes, como las de atropellar los derechos humanos de mis paisanos, deben tener una respuesta firme. Creo que en el caso chino y en el de cualquier otro país que ilegalmente y sin bases científicas, te encierre en razón de tu pasaporte , México tendría que romper relaciones con ese gobierno.

Pero con el gobierno y no con su pueblo, queridos mexicanos, que nosotros hemos tenido, en casa, pruebas más que suficientes para saber que el pueblo, muchas veces, no ha visto representados sus deseos, a través de su gobierno.

No se puede responder a un acto discriminatorio, con otro de igual o peor talante. No podemos menoscabar nuestras virtudes nacionales, por el capricho e ignorancia de unos cuantos ignorantes.

Una de las mejores cualidades, que tenemos, además de la capacidad de salir adelante en medio de tantos desastres y crisis que sufrimos, es la de ser solidarios, compasivos y compartir los frijolitos aunque sea "echándoles más agua", para que alcance.

Suena tonto, suena progre, iluso, cándido...no lo creo. Somos, como el Juan Pueblo de todos los países, más fuertes y mejores que esos: los que siempre llegan tarde; los que mienten, los que roban; los que dividen y matan... porque ellos tienen más miedo.

domingo, 3 de mayo de 2009

SHAME ON YOU CHINA!


ESTE ESPACIO QUITARÁ LA IMAGEN, CUANDO SE ASEGURE EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS MEXICANOS SECUESTRADOS POR EL GOBIERNO CHINO

THIS BLOG WILL ERASE THE IMAGE ONLY IF HUMAN RIGHTS, OF THOSE MEXICANS KIDNAPPED BY CHINA GOVERNMENT, ARE RESPECTED


Hay "apoyos" que parecen limosnas...o sobornos