MUSICA

viernes, 9 de enero de 2009

Dos cuentos y una leyenda

"... el paternal Periquín Plumero previene a su hijo contra los caprichos del carácter, porque hay temperamentos muy extraños dice, muchos tienen salud, tienen trabajo, y si no están como para arrebatar en la pantalla siquiera caminan derechos y peinan copete, pero lamentan su suerte, otros son listos, juegan al tu por tu con los logaritmos o con los idiomas mas viven amargados y creen que nadie los comprende, los pobres anhelan dinero, los ricos crían ulceras para crear mas dinero y los millonarios tienen unas tragaderas que ya quisieran los hipopótamos, hijo mío, nacerás en un mundo extraño, aquí nadie está conforme el planeta tierra debía llamarse planeta quejas."

El párrafo anterior, es un fragmento de uno de los muchos cuentos que Cri Cri, escribió para deleite de la infancia mexicana (y latinoamericana) de muchas generaciones, desde su nacimiento en 1934, hasta su retiro en 1962.
Seguramente se estarán preguntando quién es el tal Cri Cri. Pues bien, es un grillito que, armado con su violín, vive en los bosques y canta y cuenta historias sobre animales, países, costumbres y fenómenos naturales. Un grillo respetuoso de todas las formas de vida en la tierra y respetuoso de todas las naciones y expresiones culturales: compuso canciones sobre España ("La jota de la jota". "La jota de la abuelita" y "Gallegada"); Argentina ("Ché Araña" y Tango medroso"); China ("Chinescas" y "Chong Ki Fu"); Alemania ("Mi amigo Hans")...tiene hasta una canción llamada "Rusiana". También le cantó a la Muñeca fea, a la Negrita Cucurumbé (una que se fue a bañar al mar, para ver si las blancas olas, su carita podrían blanquear), al Rey Bombón I , y a su adoradísima abuelita, que tenía un Ropero lleno de tesoros y a quién le preguntaba, constantemente, el porqué era viejita.
Pero, además de una abuelita, Cri Cri tuvo un padre espectacular: Don Francisco Gabilondo Soler.

Don Francisco tuvo una vida intensa y rica en experiencias. Nació en 1907, en la ciudad de Orizaba (Veracruz), donde fue criado por su abuela. "En su juventud, se dedicó a practicar la natación y el boxeo pero ésto no le convenció y lo abandona al poco tiempo, también intenta torear y no lo hacía mal pero le molestaba el tener que matar el toro y le duró poco esta afición. Lo que realmente le gustaba era la Astronomía y la Música, aprendió a tocar la pianola de óido (siempre le gustó ser autodidacta) En 1928 ingresa como voluntario al Observatorio Nacional pero lo abandona por falta de recursos. Pero nunca abandona el deseo de conocer el Espacio sideral" (Fuente: PAGINA NO OFICIAL DE CRI CRI ,donde además pueden escuchar las canciones).

Cuentan que, don Francisco, aprendió a tocar la pianola en unos baños públicos: echaba a andar el mecanismo, observando qué teclas se movían para, posteriormente, colocar sus dedos sobre ellas y, a base de perseverar, se convirtió en un excelente pianista. Esta afición por la música, lo llevó al radio donde primero fue conocido como "El guasón de las teclas", pues interpretaba canciones paródicas sobre ciertas situaciones sociales. Pero le tocó la época en la que Agustín Lara estaba revolucionando el Bolero, por lo que, casi accidentalmente, se dedicó a la música infantil cuando Emilio Azcárraga (el director de la XEW) le propone "ponerle letra a la Marcha de Zacatecas" porque decía que, cuando transmitían sus canciones, los niños se pegaban a la radio para escucharle. Y, ya se sabe, los niños tienen la última palabra y, cuando no se les contamina, el mejor gusto. Así, el
15 de Octubre de 1934, nace Cri Cri y le dan un programa de radio que, en un principio, duraba 15 minutos y estaba planeado para una corta temporada ... pero el programa estuvo al aire durante 27 años.

¿Por qué les estoy contando esto? Pues porque durante esos 27 años que duró al aire el programa, Don Francisco G. Soler, moldeó el carácter y alimentó las fantasías de bisabuelos, abuelos, padres y, afortunadamente, muchos de nosotros, con melodías de excelente nivel musical (que además nos hizo conocer una serie de géneros musicales diferentes, desde el fox trot al tango) y cuentos que ensalzaban valores morales que, o andan perdidos o se los han robado. Durante esos 27 años, además, Don Francisco, lleno de entusiasmo, nunca faltó a su cita con la niñez mexicana, exceptuando un periodo de tres años en los que se fue en un buque mercante a recorrer Sudamérica. Y se tomó esos tres años porque, tanto a él como a Cri Cri, la Segunda Guerra Mundial les dolió profundamente , preguntándose para qué alimentar ilusiones en la infancia, ante un mundo que cada vez se les antojaba frío, cruel y despiadado.

Afortunadamente para todos nosotros, los soñadores no se rinden tan fácilmente...regresó al programa y siguió encantando a chicos y a grandes. Los biznietos, nietos e hijos de todas estas generaciones que tuvimos la fortuna de escucharle, seguimos cantando y soñando con muchos de los ideales de Cri Cri.

Don Francisco se fue a vivir, en otro bosque, el 14 de diciembre de 1990. Pero Cri Cri sigue cantando y contando historias como esta:

Cazadores antipáticos
Aquella mañana la paz de los campos se vio turbada por un lejano rumor, la cosa comenzó mucho antes cuando de repente los venados alzaron las orejas y levantaron una pata delantera Cri-Cri aunque dedicado a la música esta muy lejos de tener el finísimo oído de los ciervos y por lo tanto no oyó nada, pero los venados jamas se equivocan. Pasado un buen rato, Cri-Cri percibió un alboroto vocinglero aun lejano, varias ardillas escalaron nerviosamente hasta la punta de un pino y no tardaron en bajar con la noticia de que se aproximaba un grupo de hombres con palos que brillaban.
--Esos palos deben ser escopetas que reflejan los rayos del sol-- dijo Cri-Cri, sordos ladridos confirmaron su sospecha, y todos los animalitos corrieron a esconderse en lo mas intrincado de la espesura.

Los cazadores todos ellos bien armados y precedidos de la jauría venían vociferando, el arte cinegético exige sigilo, el cazador debe avanzar en silencio para sorprender a su presa, afortunadamente para los animalitos la mayoría de los cazadores insisten en pregonar a los cuatro vientos morrocotudas proezas imaginarias, así venían estos. Uno contaba cómo había cazado un conejo de ochenta kilos, su vecino narraba sus aventuras al derribar un enorme tigre que, además de rayado era también cuadriculado, no faltaba un tercero que aseguraba haber atravesado con un solo tiro a veinte patos que volaban en línea recta, el ultimo cazador a voz en cuello porque venía muy atrás juraba haber capturado un gorila con una red para mariposas. Cada quien gritaba procurando que su voz dominara a las demás y, como de tal amo tal perro, los lebreles de la jauría ladraban fanfarronamente como si fueran capaces de morderle las corvas al caballo de Troya. Era fácil adivinar que es grupo no dispararía un solo tiro como que no fuera para quemar cartuchos y regresar a casa con menos peso.
Así como llego la barahunda pasó de largo y se alejó. Aún fue necesario esperar un buen rato hasta que los campos recobraran el silencio, entonces Cri-Cri y los animalitos comenzaron a asomar cautelosamente las cabezas, ¡todavía estaban asustados con razón! Los cazadores no gastan contemplaciones: aún se recuerda en el bosque la trágica desaparición de Cola Bombacha, un venado que era muy simpático, ahora su cornamenta sirve de perchero en la antesala de un ministerio y es fama que en las puntas de esos cuernos, han colgado los sombreros de insignes personajes internacionales, solo que un ciervo jamas podrá apreciar el alto honor de tener contacto aunque indirecto con los cerebros de los políticos..."

Me pregunto qué diría Don Francisco, de este mundo y su recién estrenado 2009. Seguramente estaría muy triste viendo como ancianos, niños, mujeres y las mal llamadas minorías tienen en común ser las que más sufren por las estupideces de los poderosos y el silencio internacional. Cri cri, por ejemplo, enviaría a los calladitos, al país de Lenguonía, donde cualquier acto que induzca al silencio es severamente castigado.

No sé si Lenguonía sea muy extenso, pero ahí habría que enviar a políticos, periodistas y algunos miembros de la sociedad civil internacional, para quienes lo que está sucediendo con el pueblo palestino (y muchos otros) es tabú o una mera anécdota de relleno, que les hace ver artificialmente "informados" y "compasivos".

Nota: Les he dejado, en la rockola, una de las últimas entrevistas que le hicieron a Don Francisco Gabilondo Soler, y dos canciones que le dedicó a su abuela: "El Ropero" y "Di por qué". Espero les gusten. Buen fin de semana para todos.

Los Líseres
(Leyendas Tuxtlecas)
Fuente:
Relatos de Cacería en el Sureste de México
Dr. Raúl S. Argudín Corro


Si un turista, caminante, forastero, visita la escénica y acogedora ciudad de Santiago Tuxtla en el día de San Juan o cualquier domingo entre ese día y el 24 de Julio, encontrará en cualquier calle en las esquinas a un curioso personaje legendario.UN LISER de interesante, pintoresco y rancio sabor tradicional.
Es un hombre disfrazado con pijama de mangas muy largas, que se cubre con una capucha (moco).Los hay amarillos, rojos, canelos y pardos. El moco tiene dos agujeros a la altura de los ojos.

La chiquillería del pueblo en gran fiesta, goza, ríe y llora con el líser, los nombra y distingue como a los caballos, el rucío, el colorado, el cuatralbo, el tordillo, a ratos se le acercan y a ratos huyen despavoridos.
El líser lleva una gran piola a manera de fuerte y al restallarlo brincan, bailan, braman, rugen, imitando cautelosos movimientos de felino. Corretean a los niños que huyen como gorriones asustados entre chillidos y gritos destemplados -ese líser no sirve- -ese líser es mula- -ese líser no tiene madre y un abejón es su cuerpo-.

Cuando se encuentran líseres de distintos barrios se husmean interrogantes, saltan, rugen y se trenzan en descomunales peleas a latigazo limpio, hasta que uno de los contrincantes vapuleando en exceso, tira el moco, rasga el traje y sale disparado echando por la boca, ajos, sapos y culebras.

Intrigado por espectáculo tan raro, regocijante y tradicional me dediqué a interrogar a los más antiguos vecinos del lugar y llegue a la conclusión de que no se encuentra ningún dato exacto que explique el simbolismo de los líseres.

Por casualidad al hacer una visita profesional en el famoso barrio la Pelona a una ancianita de 97 años, más arrugada que una pasa, llamada Tia Bichi, me enteré de porque hay líseres. Después de la consulta platiqué con la ancianita, nos hicimos amigos, le pregunté sobre el misterio de los líseres, me contestó que ella era sabedora de la incógnita y allí les va el cuento.

"Verá usted doctorcito: Fué hace muchos, pero muchos años, mis padres me lo contaron a mí, a ellos sus abuelos y a sus abuelos los otros tatas viejos.
En aquellos tiempos Santiago no tenía el nombre que le pusieron los blancos cuando se lo repartieron al barbón de Don Hernán Cortés.
Era una población rodeada de grandes murallas que llegaban hasta la subida del Mirador.En el cerro del Vigía había grandes construcciones, plaza de armas, templo, juego de pelota, mercado y palacio con muchas piedras que representaban a los Dioses. Había casas de piedra con jeroglíficos, dilatados patios y lindos jardínes.

Junto al Río Tepango había estanques con pájaros del agua y en las riberas casas de animales, cientos de ranchitos de caña y paja brava retrataban sus perfiles en el espejo del agua. Tenían la gran
autoridad de un Sacerdote Gobernador que llevaba un gorro trenzado de oro y chalchivis adordando a una sepiente. Era señor de la vida y de la muerte para todos.Era una vida mejor que la de ahora.

En uno de los ranchitos pobres desparramados por la orilla sucedió la cosa.

Una perfumada noche de luna creciente, nació una niña tan bonita que no parecía de este mundo, era hija de uno de mis abuelos de los más viejos, blanca, de piel de durazno color de azucena, lindos cabellos dorados y grandes ojos, raros como de almendras en que se reflejaban suaves y temblorosos pálidos rayitos de luna. Por eso la bautizaron: Rayo de Luna. Nunca en nuestra raza que es fea se había
visto nada igual, de lejanas tierras venían a conocerla, a rendirle homenaje y le traían ofrendas y le cumplían mandas.

Todo fue llegando a oídos del Gobernador, mis tatas recibieron órdenes de llevarla a los aposentos reales y allá fueron siguiendo a empenachados sacerdotes.

Todos los que la vieron en el Templo se prendaron de ella por el halo de belleza y de virtud que la rodeaba.
El sacerdote Gobernador dijo: "Vivirá con su familia un año más y luego vendrá a adorar a nuestros Dioses, creemos que es una Princesa Blanca.No permitiremos que traiga dificultades a nuestro pueblo".
Mis tatas regresaron llorando muy tristes, llorando tanto, que el Dios de las aguas compadecido lloró con ellos, crecieron los ríos, se inundó la Ciudad, iban a perderse las cosechas de maíz, hierba de México y alimento del pueblo. Atemorizados por el desastre culparon a Rayo de Luna, la buscaban para el sacrificio, mis Tatas la escondieron y la llevaron por los montes en senderos ignorados.

Cuando llegaron a la primera sábana del Volcán, oyeron grandes voces en Olmeca que ordenaba:
regresen que nadie los molestará.

En el umbral de su ranchito encontraron al gran Sacerdote disculpándose, llevaba traje de ceremonia, túnica escarlata, y penacho de plumas rojas y blancas, dijo que en acatamiento a la Princesa en aquella casita edificaría un templo. Todo esto sucedía porque el gran Tonatiuh con un soplo y con sus rayos detuvo las aguas y revivió las cosechas. Rayo de Luna era amada y propicia a los Dioses.

Pasaron rodando varios años de felicidad, de abundancia y de paz, y la niña se convirtió en una real mujer, la más bonita de todas las mujeres. Pero como no hay nada seguro en este mundo, porque lo único seguro es la muerte, una tarde triste y nublada en que no se movía ni la hoja de un árbol, comenzó a respirar fuerte el Volcan de San Martín, a vomitar lumbre, lava y enormes piedras calientes, se estremecía la tierra como si tuviera las tercianas y se hacian grietas que se tragaban a las casas, a las gentes y a las bestias. La ceniza no dejaba ver a un metro de distancia, se creyó que era el fin del mundo.

Asustados los sacerdotes buscaban a Rayo de Luna para sacrificarla y calmar a los Dioses. Y sucedió lo increíble. Como todos los animales de la montaña huían aterrorizados echaron abajo trozos de la muralla y el primero en entrar al pueblo fue un hermoso tigre Real -Ocelot- que se llevó a Rayo de Luna. Todos los vecinos lo vieron, la llevaba en las fauces suspendida del huipilli cuidadosamente, suavemente como hacen las gatas cuando cambian de lugar a sus gatitos.

Ella iba feliz, paso a paso se dirigió el tigre a la montaña sin importarle la ira de los elementos, algunos guerreros valientes lo persiguieron entre el infierno de lava, lumbre y humo, Ocelot los ignoró.La
deposito en lecho de flores en su cueva en el laberinto de las intrincadas selvas de las vertientes del Volcán. En ese momento vino la calma, dejó de temblar la tierra, volvió la tranquilidad a todos.

La princesa había calmado a los Dioses con las rojas primicias de su amor.
Como en ninguna otra época fueron galanas pacíficas e idílicas las verdes y suaves playuelas del Volcán de San Martín.

Siguieron rodando muchos años más cuando el Dios estaba de humor volvía al pueblo convertido en Líser asustando a los vecinos que se apresuraban a esconder los niños. Traía una soga en la mano, saltaba, rugía y se divertía a más no poder, nunca hizo mal a nadie, era pura diversión.
Ahora ya no baja al pueblo, se aburriría o será que camina otros caminos.

Y todos los años para las fiestas titulares de Santiago algunos vecinos tratan de imitar a los felinos, con precisos movimientos del Ocelot feroz que un día se llevara entre las fauces a la gentil Princesa Rayo de Luna en aquellos terribles días del gran enojo del Volcán. Y lo hacen recordando la historia. Siguío hablando la Tía Bichi: "Doctorcito sé que usted no lo cree, soy una pobre vieja chocha, enferma y acabada, pero tenga la seguridad de que fue cierto; mis Tatas los más viejos de todos, lo vieron, yo se lo cuento a mis hijos, ellos a los suyos y así lo sabrán todos".

Me fui a mi casa intrigado pensando. ¿Cómo es posible que esta viejecita indígena arrugadita e
ignorante que con dificultad se expresa en Castellano, haya inventado esta historia? ¿y cómo es posible que la niña, la enfermita que acabo de atender sea blanca como la leche, con guedejas color de oro y ojos claros, grandes como almendras en donde se ven rayitos que parecen tener fulgor de luna?

¿Será esta niña lejano descendiente de la Princesa y de Ocelot?

Y por eso amigo, turista, caminante, forastero, si pasas por la limpia y panorámica ciudad de Santiago Tuxtla, Veracruz; en cualquier domingo de julio el mes de la lluvia conocerás a los hieráticos líseres, pausados, curiosos, husmeadores, que rugen, braman y saltan restallando el látigo de piel, correteando a la chiquillería del pueblo en lances de regocijo y de pelea.

Y lo hacen en recuerdo de la bellísima y gentil Princesa Rayo de Luna, raptada y deposada por un fiero y hermoso Tigre Real que fue Dios de los Olmecas.



1 comentario:

Martine dijo...

Como siempre mi Lupita vengo a disfrutar y aprender de tí y de todos los cuentos y personajes que nos presentas... Gracias!
y es verdad tambien como muy bien dices que: "Afortunadamente para todos nosotros, los soñadores no se rinden tan fácilmente..." y eso que no cesan de transformar nuestros sueños en pesadillas...

Apapachos y besos muy cariñosos de tu Amiga-Hermana..